Había una vez, en un pueblo de campo vivía un hombre llamado Cristobal y era conocido como una persona muy picaresca sin embargo este hombre era de mayor edad y no tenía mucha relación con el resto de los habitantes del pueblo. Este hombre solía molestar a otras personas, pasarse de la raya con las mujeres e incluso molestar a animales.
Una vez ocurrió que este viejo fue a la catedral del pueblo, un lugar que es conocido por tener muchas palomas en ese lugar. Al anciano se le ocurrió como travesura tirar comida al piso y le agrego unos laxantes para la digestión, al rato después hubo una gran lluvia de excremento de paloma sobre todo el lugar, luego el anciano muy interesadamente fue a acudir a las jovencitas del coro de la iglesia y las invito a su casa para que puedan ir a darse un baño y salir de la asquerosa situación. Las chicas muy tímidamente aceptaron la invitación de Cristobal, una vez en la casa una de las chicas se dio cuenta de las segundas intenciones se alerto y salió corriendo de la casa junto a sus compañeras .Un día como cualquier otro Cristobal fue a dar su paseo diario al pueblo donde el solía ir a comprar algunas cosas para su casa como por ejemplo: pan, huevos para cocinar el almuerzo, y algunas verduras. Cuando el iba de vuelta a su casa el quiso ir a la plaza del pueblo a mirar a las personas. A pesar de que era una persona mayor, siempre hacia alguna acción para molestar a las personas por lo tanto, esta oportunidad no la iba a dejar pasar, en un momento paso una joven mujer por al lado de el y de pronto el anciano dejo caer unos tomates al suelo y la mujer se agacho para ayudarlo a levantar su fruta y el viejo Cristobal lo hizo para mirar el trasero de la mujer, y cuando la mujer se dio cuenta del objetivo del viejo le dijo: “maldito pervertido, toma tus malditas frutas!!!” y la jovencita le lanzo sus tomates de vuelta. Luego el anciano iba devuelta a su casa caminando por una de las calles y paso un hombre en bicicleta, y el viejo con la intención de reír y fastidiar al joven le interpuso en el camino una piedra sin que el joven se diera cuenta, por lo tanto, el joven se calló de la bicicleta y el viejo se largo a reír. Por el contrario el viejo no se dio cuenta que atrás de el había un policia observando su maliciosa acción. El policia se le acerca y le dice –“porque le puso esa piedra en el camino al joven?”. El viejo le contesto poniendo un tono inocente –“yo no he sido el que puso la piedra” , el policia dijo,-“ bueno tendré que llevarlo
a la comisaria debido a que usted cometió un daño a la persona”, al rato después llego el reten para llevarse al anciano pícaro para que por fin pague sus malas acciones.
Llegando a la comisaria, el anciano asumió todos sus errores pensando que podría ser una atenuante para que saliera a la libertad pero no le sirvió de mucho porque en dos minutos entraron dos policías que se lo iban a llevar directamente a la carcel del pueblo.
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